Parashat Terumah

La porción de esta parashah se encuentra en el libro de Shemot 25:127:19.

Habiendo terminado los mishpatim (leyes) en el capítulo 23, Adonai ordena a Mosheh que se prepare para subir al Monte Sinai, en compañía de Aharón, Nadav, Avihú y Iehoshúa, junto con setenta ancianos de Israel. La preparación lleva seis días y al séptimo el Señor se le revela a Mosheh para añadir nueva revelación (capítulo 24). Esta revelación se efectúa en el lapso de cuarenta días y noches que Mosheh permaneció solo dentro de la nube de gloria del Señor (Dt 9:9).

La parashat Terumah se inicia en el capítulo 25 con el contenido de la nueva revelación.

 Lo que viene tiene que ver primordialmente con tres temas:

  • El primero tiene que ver con el tabernáculo (25, 26 y 27).
  • El segundo con el sacerdocio (Ex 28:1 a 29:37).
  • El tercero el servicio de adoración (29:38 a 31:18)

Como a partir de la creación de Israel y consumado el estudio de la redención, nos hemos venido concentrando en los estudios de los mitzvot del Eterno, hoy vamos a examinar una de las tres mitzvot de esta parashah

  1. Precepto de construir el Templo (o el Tabernáculo) (Ex 25:8)
  2. Prohibición de quitar las varas de los anillos del Arca (Ex 25:15)
  3. Precepto de poner el pan de Semblantes (lejem hapanim) y el sahumerio (qetóret) (Ex 25:30)

Los preceptos segundo y tercero de esta parashah, es decir el 96 y 97 entre los 613 son para los kohanim, mientras el primero de esta parashah, el de construir un Miqdash es para todo israelita.  Así vemos que se pide ofrenda a todos los israelitas para construir el Mishkán.

וְעָשׂוּ לִי מִקְדָּשׁ וְשָׁכַנְתִּי בְּתוֹכָֽם׃

Veasu li miqdash veshajantí betojam

Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

Es ésta la primera vez en la historia de la religión de Israel que el pueblo tiene que construir un Santuario para Eloha, por mandato de Él.

Este Miqdash era un tabernáculo móvil que consistía en una gran tienda de campaña. El mismo perduró después de la conquista de la tierra de Kenaan por Israel, hasta la época de la infancia del profeta Shemuel.

Más tarde el rey Shelomoh contruyó lo que se llamó בית המקדש «Bet Hamiqdash«, Santuario colocado en Ierushalaim. En una larga alocución pronunciada por el rey Shelomoh, en ocasión de inaugurar este santuario, él dice ante toda la congregación de Israel:

«¿Acaso podrá residir Elohim en la tierra? Pues he aquí que los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¿cómo podrá contenerte esta casa que yo he construido?»

(1 Reyes 8: 27).

Esta idea es una de las dos constantes bíblicas al respecto; siendo la otra, las palabras proféticas de Eloha a Shelomoh, en aquella oportunidad:

«Esta casa, que estás construyendo: si anduvieres en Mis leyes y Mis normas cumplieres y observares todos Mis preceptos, al encaminarte con ellos, entonces cumpliré Mi palabra contigo, lo que había hablado a David, tu padre: Y habré de morar entre los hijos de Israel y no habré de abandonar a Mi pueblo Israel».

(1 Reyes 6: 12)

  1. ¿Por qué el Eterno ordena construir un santuario?

Algunos comentaristas, como Rambán (Maimónides), estiman que Eloha prescribió a los hijos de Israel erigir un Santuario que estaría circundado por la Shejinah, o sea la Presencia Divina. Esta Presencia Divina en el seno del pueblo  concretiza la idea de גוי קדוש «Goi qadosh» -pueblo consagrado-. El Eterno que se había revelado en forma manifiesta en el Monte Sinai, residirá cerca del pueblo consagrado, aunque Su presencia estará como oculta por un «velo» que la hace poco visible al común de los hombres. Según Rambán, el libro de Éxodo dedica sus primeros capítulos a la esclavitud de Israel en Egipto y a la liberación consiguiente. El próximo paso debe ser el retorno a la tierra de los patriarcas. Sin embargo, durante la estadía en el desierto de Sinai, los hijos de Israel alcanzan el nivel espiritual de los mismos patriarcas, a partir del momento de la Revelación de Eloha en Sinaí y de la construcción del Tabernáculo. El exilio pues, está prácticamente terminado en el sentido moral y espiritual, incluso antes del retorno a la Tierra de los patriarcas. Es por esta razón que el libro de Éxodo termina relatando el acto de erección del Tabernáculo (Véase el prefacio de Ramban al libro Éxodo).

No obstante, esta razón de ser del Tabernáculo, no nos explica todavía el sentido o significado de las prescripciones minuciosas acerca de los elementos y objetos sacros que el Tabernáculo contenía.

Maimónides, en su libro Guía de los Perplejos, Libro III Capítulo 45 nos ofrece, de acuerdo con su sistema racionalista la explicación posible siguiente: el Tabernáculo estaba destinado a alejar al pueblo de Israel del culto idólatra que imperaba en todos los pueblos que circundaban a Israel, para orientar al pueblo hacia Eloha. El Santuario y todos sus rituales forman parte de un plan general que tiene por finalidad limitar el culto de los sacrificios, vestigio de la religión pagana. La Torah permitirá los sacrificios solamente en un centro único: el Mishkán, más tarde el Bet Hamiqdash en la ciudad de Jerusalem. Los objetos sagrados que contenía el Tabernáculo, asimismo su estructura interna, son explicados con la misma perspectiva. El objetivo final es, de acuerdo con Maimónides, la formación espiritual del pueblo consagrado para los grandes ideales proclamados en Sinaí.

Otros exégetas adjudican al Santuario un valor simbólico. Todos los elementos del Mishkán y todos los detalles del ritual del mismo representan ideas o principios específicos que deben arraigarse en el alma de los creyentes (Véase el comentario de Queli Iakar y Abarbanel, entre otros).

En otro orden de cosas, de acuerdo con los cabalistas, el Santuario representaba un microcosmos que nos revela las más profundas verdades acerca de la vida y del mundo eterno. Por medio de un acto de repliegue sobre Él mismo צמצום «Tzimtzum«, promovido por el amor de Eloha para Su pueblo consagrado, Eloha decide establecer un lugar de residencia en el seno de Su pueblo para ofrecerle Su protección y Su bendición. De acuerdo con estos autores, el Santuario reproduce con su estructura -en una escala infinitamente reducida la fuente universal de donde emanan la vida y la bendición en todas las esferas de la Creación. Esta idea está compartida por Rabí Itzjaq Arama, Jaim ben Atar y Malbim.

  1. ¿Por qué el tabernáculo es designado en la Torah unas veces por מקדש (miqdash) y otras por משכן (mishkán)?

Se traduce el término מקדש (miqdash) por “Santuario”; el término משכן (mishkán) se suele traducir como “Tabernáculo”, mas el término exacto sería “Residencia”. Aunque ambos términos son intercambiables, en sentido estricto, משכן (mishkán) denota propiamente la estructura de la edificación, mientras que מקדש (miqdash) habla del propósito de la edificación: servir de lugar donde impere la קדושה (qedushah) o santidad. La palabra tabernáculo se deriva del latín tabernaculum, que designa una tienda de campaña, derivado de taberna, “habitación”. Puesto que el משכן (mishkán) era una especie de templo portátil, el nombre Tabernáculo es apropiado.

  1. ¿Cómo es posible que HaShem nos mande a nosotros israelitas como seres humanos construir un santuario, si el único que puede conferir santidad es HaShem, no los hombres?

Rashí parafrasea מקדש (miqdash) como “Residencia de santidad”, porque en hebreo la palabra מקדש (miqdash) designa un lugar de habitación que ha sido consagrado. Ahora bien, como los israelitas no podían ellos mismos conferir santidad al lugar, era la santidad de Eloha lo que confería santidad al lugar, se debe entender que מקדש (miqdash) realmente debe significar es “residencia apta para ser consagrada”.

Otra posible explicación es que en hebreo מקדש (miqdash) es un sustantivo abstracto, sinónimo de קדש (qódesh) o de קדושה (qedushah), “santidad”. En este caso, la frase podría entenderse como “hagan una santidad para mí”, lo cual no tiene sentido, ya que los humanos no pueden hacer la santidad[1]. Por eso, como dice Rashí ha de entenderse en el sentido de construir una estructura y consagrarla a HaShem.

  1. ¿No es incongruente la frase “Harán un santuario para mí, y yo residiré en ellos”? ¿No es más lógico que hubiese dicho “Harán un santuario para mí y yo residiré en él”?

El Midrash acota que Eloha no residirá en el Santuario, בתוכו «Betojó» -en el seno de él sino בתוכם «Betojam» -entre ellos en el corazón de los hombres.

Este Midrash, si bien se aparta del sentido literal del versículo, refleja el espíritu de Israel en cuanto a casas de culto se refiere.

Cuando dice “en ellos” esto implica que la Presencia Divina no residía en el Mishkán a causa de las cualidades de la estructura o del material, ya que la materia no posee santidad. La Presencia Divina residía en el Mishkán a causa de los israelitas; ellos eran el verdadero “santuario” de la Presencia Divina.

  1. ¿Cuál es el alcance de esta mitzvah?

A nivel peshat (literal) cada israelita estuvo en el desierto en la obligación de construir el templo. Este es el mandamiento. Sin embargo, los rabinos han entendido que este mandamiento se extiende para todo israelita en todo tiempo en que el templo no exista. según el Talmud Babli, tratado Sanhedrín 16b el mandamiento se extiende a las generaciones futuras. Así que ahora estaríamos en la obligación de contribuir a la construcción del Templo.

  1. ¿Esta mitzvah de construir el santuario en qué momento fue dado?

Existen dos escuelas en el judaísmo acerca del momento en que HaShem dio la mitzvah de construir el Mishkán.

Una escuela plantea que la mitzvá fue pronunciada por HaShem en el orden en que aparece en la Torah, después de los Mishpatim para darnos a entender que antes de entrar en una relación con HaShem, debemos tener bien nuestras relaciones con nuestros semejantes. De ahí que antes de que iniciemos la oración de shajarit, se debe recitar la oración Hareni mekabel (sidur Bircat Shlomó p.17) y nuestro Rebe nos ordenó que arregláramos nuestras relaciones con el prójimo antes de presentar la ofrenda (Mt 5:23-24).

Una variante de esta primera escuela afirma que fue dada inmediatamente después de que los bené Israel exclamaron “naasé venishmá” (Taná de Rebe Eliyahu 17, Midrash Lekaj Tov, Zohar comenzando Vaiaqhel). En efecto, las parashot que versan sobre el Mishkán, Terumah y Tetzaveh preceden a la narración del pecado del becerro de oro que es relatado en Ki tisá.

Rambán (25:2) dice que el propósito del Mishkán era retener para todas las generaciones un reflejo de la gloria de HaShem la cual se había manifestado abiertamente ella misma al qahal Israel en Har Sinaí.

Por otra parte, el libro del Zohar mantiene la cronología bíblica de acuerdo con el mismo texto. El libro del Zohar sostiene que la idea de la construcción del Tabernáculo estaba prevista desde los orígenes. No obstante, Mosheh había creído que el episodio del becerro de oro imposibilitaría la construcción del Mishkán por la incongruencia evidente; es por eso que en Parashat Vaiaqhel, que figura después del episodio del becerro de oro, se hará una reconfirmación de la necesidad de construcción del Mishkán. Por esta razón, en el orden de los relatos de la Torah este pasaje permanece en su lugar natural, de acuerdo con la idea original ya existente; quiere decir, sin relación alguna con el episodio del becerro de oro (Véase el comentario de Rabi Abraham Azulay en su libro Or Haharnah).

Seforno (20:21) explica que, si no hubiera sido por el jet haeguel, el “pecado del becerro”, un elaborado edificio de oro y plata no hubiese sido necesario para atraer la Shejinah de HaShem a la tierra. Un simple altar, construido sobre cualquier punto, habría servido como medio de permitir a la Shejiná residir en qahal Israel

Pero una segunda escuela, utilizando el Midrash, plantea que fue después del pecado del becerro de oro.

A pesar que los pasajes relativos a su construcción aparecen antes del relato del becerro de oro (Éxodo 32), los Mídrashim sostienen que la mitzvah de la construcción del Tabernáculo fue enunciada después que Eloha hubo perdonado a Israel por la construcción del becerro de oro, que de acuerdo con el Midrash habría ocurrido con anterioridad a las leyes de la construcción del Mishkán. La construcción del Mishkán será, de acuerdo con esta opinión, un testimonio público de la rehabilitación de Israel, después de incurrir en idolatría.

Después del pecado del becerro de oro, Mosheh incesantemente imploró a HaShem perdonar a los bené Israel. Finalmente él produjo un perdón. No obstante, Mosheh no estaba satisfecho, sino que interrogó a HaShem, “¿Cómo será manifiesto a las naciones del mundo que Tú realmente has perdonado a los bené Israel?”

“Deja que Qahal Israel construya un Mishkán”, replicó HaShem. “Allí ellos ofrecerán qorbanot los cuales Yo aceptaré. ¡Esto será prueba pública de mi renovado amor por mi pueblo!”[2]

A pesar de que la mitzvah de construir un Mishkán fue impartida solo después del jet haeguel (pecado del becerro), la Torah la registra previamente. La Torah revierte el orden cronológico para enseñarnos a nosotros que HaShem prepara el antídoto para un pecado aun antes de que sea realmente cometido. HaShem previó el pecado del becerro de oro. Él, por consiguiente proyectó por anticipado la idea de construir el Mishkán[3]. Pecando los Bené Israel forzaron a la Shejinah a retirarse a los cielos. Por medio del Mishkán, sin embargo, la shejinah retornaría a la tierra[4].

Continua el Midrash, cuando Moshé escuchó las palabras de HaShem de Ex 25:8 se desconcertó.

“¿Cómo puedes Tú, cuya gloria llena cielo y tierra, residir en una humilde morada que nosotros erigimos para ti?” preguntó.

HaShem respondió, “Yo ni siquiera necesito el Mishkán entero como un lugar de residencia. De hecho, confinaré mi Shejinah a la limitada área de un amah (50 cm) cuadrada, el lugar entre las varas del arón.

HaShem, en su gran amor por qahal Israel, restringió su Shejinah al Mishkán, como un padre que desea morar junto con sus hijos.[5]

De hecho, el Mishkán (y más tarde el Bet HaMiqdash) fueron beneficiosos para qahal Israel en tres formas:

  1. Como resultado de realizar la abodah como está prescrita por HaShem, a los bené Israel les fue otorgado protección celestial de sus atacantes. Les garantizó a ellos seguridad entre las naciones gentiles.
  2. El Mishkán fue una fuente de inspiración espiritual. Cuando se visitaba el Mishkán y el Bet HaMiqdash, los cuales estaban impregnados de una atmósfera de temor a HaShem, y observando a los kohanim diligentemente realizar su abodah, cada israelita era estimulado a la observancia creciente de la Torá y mitzvot.
  3. La nación íntegra constantemente era testigo de milagros obvios en el Mishkán y en el Bet HaMiqdash. Estos fenómenos les demostraban a ellos la especial relación de HaShem para su pueblo, la cual es aquella de un padre hacia sus hijos (Tiféret Tzión).
  1. ¿Existe alguna interpretación de la mitzvah a nivel sod que tenga que ver con el Mashíaj?

Ya vimos cómo algunos exégetas judíos le atribuyen un significado simbólico a nivel ético al santuario y a todos sus componentes y utensilios. Trabajemos en este sentido con respecto al Mashíaj.

Iojanán 1:14 nos dice que Ieshúa habitó entre nosotros. El término griego por “habitó” es ἐσκήνωσεν (eskénosen), que literalmente significa en griego “puso su tienda”.  Esto hace alusión al Mishkán donde el Eterno residió en una tienda. Una traducción literal del griego sería que el Mashíaj se “tabernaculizó” entre nosotros.

Por otra parte, también encontramos que en el Mashíaj “habita” la plenitud de la divinidad corporalmente (Col 2:9). Así como el Eterno “habitaba” en el Mishkán y, no, por ello, el Mishkán era Eloha, sino era el lugar de la presencia de la Shejinah, de la misma forma Mashíaj ha sido el mishkán más perfecto donde “habita” la presencia del Eterno.

En el judaísmo se tiene claro que el hombre es una imagen y semejanza del Eterno, que el hombre toma vida por un soplo del Eterno, lo que en el judaísmo místico se expresa como que el Eterno puso una chispa de él en el recipiente humano que pasa a ser habitación de esa chispa. Por tanto, no es de extrañar esta afirmación de Rav Shaul respecto a que Ieshúa es el lugar más perfecto de habitación del Altísimo. Por ello Ieshúa dijo Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí (Matitiahu 12:6).

De modo que si se trata de dónde encontrar al Eterno hay que acudir a Ieshúa donde el Eterno “habita” corporalmente a plenitud. Amado, si quieres encontrar al Eterno, acude a Ieshúa. Él es el camino, nadie viene al Padre sino por él (Iojanán 14:6). El que me ha visto a mí, ha visto al Padre (Iojanán 14:9)

Pero, por otra parte, aunque no tengas la plenitud de la presencia del Eterno que tuvo Mashíaj, también a través de él, puedes ser habitación del Eterno, sea que seas iehudí, sea que seas ben Avraham. Rav Shaul también nos acabó de revelar esta verdad que ya estaba predicha en la Torah. Hoy en el texto de la mitzvah que estamos analizando dice, harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. El Eterno prometió que, si los bené Iehudah le hacían el Miqdash, él habitaría entre ellos. Aunque el Miqdash va a ser el lugar de habitación, el Eterno como que quiere decir que habitaría en el pueblo más que en el mismo santuario.

Pues bien, esto que se insinúa aquí en la mitzvah, indicando que si Israel cumplía la mitzvah el Eterno habitaría entre las personas, es lo que claramente Rav Shaul nos indica en 1 Cor 3:16, ¿No sabéis que sois templo de Eloha, y que el Espíritu de Eloha mora en vosotros? Hablando no solo a los judíos sino a los bené Avraham.

Así que si la mitzvah en su nivel peshat hablaba de la obligación que tiene todo israelita de edificar el tabernáculo y que luego fue extendido como halajah de edificar el Templo cuando sea necesario, aquí esta halajah se extiende a nivel personal a toda persona, sea judía o ben Avraham, de construir nuestras vidas de modo que sean una habitación digna para la presencia del Eterno y nada mejor que tomando al Mashíaj como el modelo enviado del cielo para que alcemos nuestro tabernáculo conforme al modelo que nos fue mostrado (Shemot 26:30).

Por ello Rav Shaul advierte que, si alguno destruyere el templo de Eloha, Eloha le destruirá a él; porque el templo de Eloha, el cual sois vosotros, santo es. Esta misma verdad nos es descrita por Kefa en su primera carta cuando dice, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Eloha por medio de Ieshúa HaMashíaj.

Así que a nivel drash y sod se nos manda hacer un santuario de nosotros para que él resida en nosotros. El no reside en nosotros mientras no construyamos el santuario

¿Cuál es ese santuario? Nosotros y nuestro cuerpo.

¿Cómo se construye ese santuario?

  1. Tomando a Ieshúa como modelo de habitación del Eterno.
  1. Huyendo de la fornicación:

    ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Mashíaj? ¿Quitaré, pues, los miembros de Mashíaj y los haré miembros de una ramera? De ningún modo. ¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne. Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Eloha, y que no sois vuestros?

    (1 Corintios 6:15-19)

  1. Por no unirse con los incrédulos, sino saliendo de en medio de ellos:

    No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Mashiaj con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Eloha y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Eloha viviente, como Eloha dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Eloha, Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (2 Cor 6:1418)

  1. ¿Existe la posibilidad de un mishkán que no sea quitado de nosotros como sí sucedió con el primero y segundo templo?

Un midrash dice: HaShem anunció a Mosheh: “Cuando entregué los diez mandamientos en el Har Sinaí, mostré Mi Presencia a los israelitas durante un corto tiempo. Ahora quiero morar todo el tiempo entre los Bené Israel”.

Tres mashalim (parábolas) del Midrash para hablarnos del Mishkán. ¿A qué se compara el Mishkán?

  1. HaShem anunció al pueblo hebreo: “Vosotros sois mi rebaño, y yo soy vuestro pastor. Así como un pastor coloca su tienda cerca de sus ovejas para cuidarlas, Yo deseo tener una morada cerca de vosotros”.
  2. “Vosotros el pueblo hebreo, sois mi viñedo; y Yo, HaShem, soy el cuidador del viñedo. El que cuida el viñedo suele vivir en una choza cerca del viñedo, desde donde puede observarlo para asegurarse de que no entren ladrones. Construid, pues, una choza para mí junto al viñedo”.
  3. “Vosotros, el pueblo hebreo, también sois mis hijos, y Yo, HaShem, soy vuestro padre. Es un gran honor para los hijos vivir en un hogar cerca de su padre y también es un honor para el padre vivir cerca de sus hijos”.

¿Por qué no basta con una sola comparación? ¿Por qué es necesario tener tres distintos mashalim?

Según una explicación, el Midrash habla de tres momentos distintos de la historia del pueblo israelita. En cada uno de estos momentos, HaShem mantuvo una relación distinta con los israelitas.

  1. Cuando Bené Israel ambularon por el desierto, HaShem moraba en un Mishkán parecido a la tienda de un pastor. Un pastor no vive en un lugar fijo. Sigue a su rebaño por dondequiera que este paste y coloca su tienda cerca de sus ovejas para cuidarlas y procurarles comida. Del mismo modo, HaShem “siguió” a los Bené Israel por el desierto. Como un pastor fiel, los observó día y noche y extendió sus nubes alrededor de ellos, y los alimentó con “man,” aves y aguas del manantial.
  2. En Eretz Israel el rey Shlomoh construyó un Bet HaMiqdash para HaShem, un edificio de piedra. Así como el viñatero desde su choza cuida el viñedo, del mismo modo HaShem protegió por medio del Bet HaMiqdash a Eretz Israel de todos sus enemigos. Sin embargo, el Bet HaMiqdash fue comparado solo a una “choza” y no a un hogar permanente puesto que no duró para siempre. HaShem predijo que el Bet HaMiqdash continuaría existiendo solo en tanto los Bené Israel guardaran fielmente la Torah. Cuando abandonaron los mitzvot de HaShem, este causó la destrucción del Bet HaMiqdash. El segundo Bet HaMiqdash fue también destruido a causa de los pecados de los Bené Israel.
  3. Cuando venga el Mashíaj y HaShem nos dé el tercer Bet HaMiqdash, ese Bet HaMiqdash será comparado a un “hogar”, pues durará para siempre. Entonces todas las naciones verán que HaShem es nuestro padre y que nosotros somos sus hijos. Todas las naciones honrarán a HaShem, y nos honrarán como a sus hijos.

A nivel sod, un día HaShem pondrá su morada entre nosotros. Ya no seremos nosotros los que construiremos el Mishkán: Y yo Iojanán vi la santa ciudad, la nueva Ierushalaim, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Eloha con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Eloha mismo estará con ellos como su Eloha. Enjugará Eloha toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. (Maror Elohim, Revelación 21:2-4)

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[1] Por esta razón, no es aceptable la canonización de santos efectuada por la iglesia católica romana.

[2] Midrash Tanjuma Tetzave14

[3] Midrash Tanjuma Tetzave 2

[4] Pesikta de Rab Kaana 1,2

[5] Shemot Rabá 34:1